La entropía acecha cuando la sociedad desconoce las democracias. Decisiones carentes de discernimiento y ética surgen. Medidas populares desvían fondos críticos, como estudios sobre el cáncer. La falta de educación cívica permite la impunidad de autoridades y la complacencia ciudadana. La democracia se vuelve un consuelo superficial. Sin comprensión, la gobernanza se desvirtúa hacia la entropía política, la confusión y la falta de dirección. Para contrarrestar esto, se requiere promover la educación cívica, cultivando una sociedad informada y crítica. La entropía cede ante la claridad y responsabilidad ciudadana.

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